Kashrút para tiempos violentos, al estilo Liberal
En el tiempo actual (segunda década del siglo XXI) se está haciendo demasiado complicado para los judíos acceder a comida kósher certificada. En Europa, varios países han prohibido el procesamiento y venta de carne kashér certificada.
En otros
países, varios supermercados kashér han tenido que cerrar por causa de los
ataques antisemitas o judeofascistas (como ocurrió en Estados Unidos, en donde
rabinos ultra-ortodoxos obligaron a cerrar una tienda kósher sólo porque la
esposa del administrador no era judía).
También es
cierto que muchos judíos viven en poblaciones donde no existe ni siquiera una
comunidad judía organizada, y por lo tanto, no existe una tienda kósher.
Por otro
lado, en América Latina, muchos productos kósher certificados (en especial las
carnes) tienen costos muy elevados, y un judío de bajos recursos
sencillamente no puede comprarlos porque el dinero simplemente no alcanza.
Para el
Judaísmo Liberal e Independiente, esta situación obliga a consultar la esencia
de la Torá para poder cumplirla fielmente. No es justo que una persona judía
pase hambre o no se alimente adecuadamente, sólo porque no puede acceder a
comida kósher certificada. Por eso, en este artículo, vamos a explicar varias
cosas que las personas judías (y las personas no-judías que observan la Kashrút
o dieta kósher) pueden hacer por su cuenta y en sus hogares, para seguir
observando las mitzvót concernientes a la alimentación judía.
No Comas
Cuento, Come Carne Kósher
La Torá en
el capítulo 11 del libro de Vayikrá/Levítico, hace una detallada descripción de
los alimentos besarí, es decir, animales que un judío puede comer (kashér o kósher) y
cuáles no deben ser consumidos (taréf o trefá). Pero en América Latina existe alguna duda
con respecto a ciertos animales que son de consumo tradicional, así que observemos a
la luz de la Torá, cuáles sí se pueden consumir y cuáles no:
Mamíferos Kashér: res (vaca), búfalo, buey, chivo, carnero, cabra, oveja, venado, ciervo, reno. De estos animales está prohibido comer el sebo o la grasa (Vayikrá/Levítico 7,23), por lo que se debe retirar el sebo o grasa durante la kasherización.
Mamíferos
Taréf (no aptos para que un judío los coma): cerdo, felinos (gato, tigre, león,
leopardo), caballo, asno, mula, camello, roedores (conejo, ratón, rata, topo,
ardilla, chigüiro, armadillo, cuy), oso, perro… y todos los demás mamíferos.
Aves
Kashér: todas las aves domésticas: gallina, pato, pavo, paloma, ganso, perdiz, codorniz.
Aves
Taréf: todas las demás aves están prohibidas, incluyendo las aves de rapiña:
águila, cóndor, buitre, gallinazo, chulo, halcón.
Peces
Kósher: Todos los peces que tengan aletas y escamas se pueden consumir: salmón,
trucha, mojarra, atún, carpa, arenque.
Peces
Taréf: Todos los demás peces están prohibidos. También están prohibidos todos
los crustáceos (cangrejos, langostinos, camarones, almejas, etc).
Están
prohibidos todos los reptiles, anfibios, gusanos e insectos (incluyendo las
hormigas santandereanas, muy apetecidas en Colombia).
El consumo
de sangre está estrictamente prohibido (D’varím/Deuteronomio 12,23); así que
las prietas o morcillas no pueden hacer parte de la alimentación judía.
Todos los
vegetales, frutas, verduras, legumbres, hortalizas, se les llama parvé,
porque no son besarí (cárnicos) ni tampoco jalabí (lácteo), por tanto son kashér.
Igualmente los hongos comestibles tales como los champiñones, son parvé
y se pueden consumir.
Pollito
No Mama Gallina!
La Ley
Judía dicta que los rabinos debemos siempre establecer sentencias para evitar
que se transgreda una mitzvá; a esto se le llama “poner un cerco alrededor de
la Torá” (Yebamót 70b; Sanedrín 46a).
Sin
embargo, y contrario a la postura ortodoxa, hay cercos inútiles alrededor de la
Torá, cercos innecesarios, obsoletos, y que se convierten más en una carga legalista
que en una verdadera protección de la Torá; bien sea porque no se ajustan
realmente a la práctica de la protección de las mitzvót, o también porque su
aplicación tal cual se hacía hace miles de años ya no es viable en el tiempo,
contexto y circunstancias actuales.
Un cerco
inútil alrededor de la Torá se convierte en una grave tergiversación de la Torá
misma, y ahí es donde el Judaísmo Liberal e Independiente entra en acción: para
liberar a la Torá misma de cualquier clase de extremismos, fundamentalismos y
legalismos puritanos que en nada ayudan a una vivencia real y profunda del ser
judío.
Ahora
bien, en el Judaísmo Liberal e Independiente tenemos una muy fuerte discusión
con la Ortodoxia debido a la interpretación de la mitzvá negativa “lo-tibshél
g´dí bejaláv imó” (no cocinarás el cabrito en la leche de su madre). Esta
mitzvá aparece tres veces en la Torá (Sh’mot/Éxodo 23,19; 34,26; D’varím/Deuteronomio
14,21).
La
Ortodoxia entiende esta mitzvá negativa como la prohibición radical y
absolutista de comer besarí (carne) junto con cualquier jalabí (lácteo). Por
eso en la Ortodoxia se tienen vajillas, cubiertos y neveras para carnes y
lácteos por separado.
Pongamos
como ejemplo el caso de la lasagna de pollo con champiñones (mi favorita!) los
ortodoxos dicen que yo transgredo la Torá porque estoy violando la mitzvá de no
comer besarí y jalabí en una misma comida. Yo les respondo que
eso en ninguna parte de la Torá lo dice, y citando la mitzvá negativa que
estamos aquí estudiando, yo explico que lo que la Torá dice claramente es que
no podemos comer carnes y lácteos DE LA MISMA ESPECIE en una misma comida (por
ejemplo: los judíos no podemos comer hamburguesa si la carne y el queso son del
mismo animal, y el mismo principio aplica para la lasagna napolitana).
Teniendo
en cuenta que el pollo es un ave, y que la leche sale de un mamífero, mi
conclusión es tajante: pollito no mama gallina, así que la lasagna de pollo con
champiñones, la hamburguesa con pollo o pavo, y el sándwich con queso de vaca y
carne de cordero son totalmente kósher!
Ningún
Alimento Kósher se Contamina porque un No-Judío lo Toque
Aquí estoy con unos hermanos de la Comunidad Musulmana, compartiendo la cena de Iftár, que da fin al ayuno del mes del Ramadán. Todo lo que es halál (comida apta para el consumo de un musulmán) también es kósher.
Otro
aspecto de la Kashrút llevada a extremos xenófobos, es la prohibición de que
una persona no-judía toque un alimento que va a ser consumido por un judío. El
Judaísmo Liberal e Independiente rechaza enérgicamente esta norma porque en la
Torá no se dice absolutamente NADA al respecto.
Por otro
lado, los no-judíos son nuestras hermanas y hermanos, porque somos una sola y
misma familia creada por el Santo Bendito Sea. Las judías y judíos no somos
gente “de sangre azul” ni somos mejores que nadie por el simple hecho de ser
judíos, así que debemos cuidarnos de cualquier clase de shiúr, sermón o
sentencia rabínica que lleve a los judíos a discriminar a los no-judíos.
Ningún
alimento deja de ser kashér sólo porque un no-judío lo toque. Consúmase con
toda confianza y gratitud.
No
Pague Más por Carne Kósher: Kasherice Usted Mism@!
Como se
dijo al inicio, la compra de carne kósher certificada es imposible en países y
ciudades donde no existe una tienda kashér, y en donde sí la hay, los precios
de la carne kósher están por las nubes, por lo que es imposible para una
persona judía de bajos recursos financieros acceder a esa clase de alimento.
No tenemos
por qué dejar de alimentarnos bien, sólo porque una carne kashér no fue faenada
conforme a las estrictas normas halájicas a cargo y bajo la estricta
supervisión de un shojét (matarife). De hecho, hoy por hoy y en casi
todos los países del mundo, en los mataderos se siguen estrictas normas de
salubridad y de no-maltrato animal, de tal manera que los faenadores en
realidad están siguiendo casi las mismas técnicas de sacrificio que un shojét (entre
ellas, cortar hábilmente la arteria yugular del animal para que éste sienta el
más mínimo dolor en el momento del sacrificio).
Una carne
de un animal kashér puede kasherizarse perfectamente en casa, cualquiera puede
hacerlo sin ninguna clase de supervisión rabínica. Es fácil! Hay dos maneras de
kasherizar una carne:
1. Por
asado: debido a que el fuego y el calor evaporan la sangre que contiene la
carne.
2. Por remojo:
en un recipiente hondo se sumerge la carne a consumir en agua fría. Dejar
sumergida la carne durante 30 minutos. Luego se saca del recipiente. Verás cómo
gran parte de la sangre que contenía la carne ha quedado en el agua. Luego,
sobre una tabla, se esparce sobre la carne, sal gruesa de cocina (no sal de
mesa, porque ésta es refinada y no alcanza a absorber la sangre residual que
queda en la carne). La tabla debe estar en posición inclinada para que la
sangre residual se siga escurriendo. La carne debe estar con sal de cocina, al
menos 10 minutos. Luego lavar la carne para retirar la sal que ya absorbió la
sangre residual.
Listo! La carne ya está kasherizada! Ahora se puede adobar, salar, condimentar, freír o sudar al
gusto.
Durante
este proceso de kasherización, la carne no pierde su sabor ni los nutrientes
que contiene, así que no hay que escuchar a quienes insisten en que la carne
kasherizada no sabe ni alimenta igual.
La carne
de los peces y las aves no tienen tanta sangre como la de los mamíferos, así
que basta con un sencillo lavado de la carne y retirar todas las vísceras que
contengan sangre. No requieren de remojo para kasherizar.
Qué
Hacer cuando Comemos un Animal Kósher Fuera de Casa?
Yo en Seúl, Corea, comiendo bulgogi. Este es un plato tradicional que lleva carne de res, y en Corea lleva más cebolla que carne. El bulgogi se acompaña con arroz, sopa miso y bastante kimchi!
Las
invitaciones protocolarias, de amistades o de familiares no-judíos a cenar o
almorzar, son inevitables. Muchos judíos suelen rechazar estas invitaciones
para no tener que comer carnes no kasherizadas por otro judío. Otros se van de
la reunión o de la fiesta a la hora de la comida por la misma razón…. pero estas
actitudes en realidad está causando que nuevamente nos aislemos indebidamente del
resto de la sociedad, y el Judaísmo Liberal e Independiente no recomienda el
aislamiento social en nombre de la Torá.
Muchas
veces, en los vuelos internacionales, no es posible acceder a comida kósher
certificada a bordo. Yo mismo he vivido esa experiencia en mis viajes alrededor
del mundo! Qué hacer? Aguantar hambre en nombre de la Torá?
Absolutamente
NO! Basta con hacer un cuidadoso estudio de las ciencias de la cocina moderna,
y descubriremos que todos los chefs y auxiliares de cocina de hoy día están siguiendo
estrictas normas de aseo y de preparación de los alimentos, de tal manera que muchas
veces ellos están preparando comida kashér sin saberlo conscientemente. Esta
garantía no la teníamos décadas atrás! hoy día tenemos acceso a comida de
restaurantes o de casas de banquetes con los más altos estándares de aseo, de
higiene, de preparación, cocción y emplatado como nunca antes.
Así que la
próxima vez, cuando nos ofrezcan una comida con carne kashér, así no haya sido
kasherizada por un judío, no la rechacemos. Basta con recitar la berajá (bendición)
“boré minéi mezonót” (Creador de toda clase de alimentos), y el alimento
ya queda kasherizado por el mérito de nuestra bendición recitada.
NOTA:
contrario a la postura ortodoxa, en el Judaísmo Liberal e Independiente recitamos
la berajá “boré minéi mezonót”sobre las carnes, y no la berajá “shehakól
nihiyá bidvaró” (que por Su palabra, todo fue llamado a ser). La razón es
porque los animales kósher son eso: mazón (alimento, comida). La palabra
hebrea mazón no está relacionada exclusivamente con los derivados del
trigo; de hecho, en arameo, el vocablo mazón se usa para designar a un
plato cuyo ingrediente principal es una carne kashér. Además, en la Torá,
HaShem dice con respecto a los animales aptos para nuestro consumo: “l’ajláh
vayihí-jen” (los he dado – a vosotros – para comer; Bereshít/Génesis 1,30).
La berajá “shehakól
nihiyá bidvaró” está reservada para el agua, para todas las demás bebidas
(excepto jugos de frutas, para lo cual debe recitarse la berajá “boré pri ha’etz”
– creador del fruto del árbol), para todos los productos de consumo humano que
no son propiamente alimentos (pasabocas hechos con maíz soplado del tipo Boliqueso,
Cheetos, Yupis, Tostacos, Doritos, etc.), golosinas y otros sintéticos
comestibles.
Por razones
de salud, y ya que en muchos países se han demostrado los efectos nocivos sobre
la salud humana, se recomienda que nos abstengamos que consumir cualquier
producto que haya sido elaborado con semillas transgénicas. El Manhíg de
Shéguel envió en marzo de 2014 una carta a Vaad HaKashrút de Bogotá, solicitando
explicar ante la opinión pública cuáles fueron los criterios halájicos por los
cuales se le concedió a Kellog’s la certificación kósker (Kellog’s ha sido
ampliamente denunciado a nivel internacional por producir sus alimentos con el
venenoso maíz transgénico MON-180 patentado por la polémica multinacional Monsanto)
Cuando se
nos invita a una cena o almuerzo, si es posible, podemos informar previamente al
anfitrión, al oficial de protocolo, al mesero o al cocinero, que no podemos
consumir tal o cual carnes (y muchas veces ni siquiera es necesario explicar
que somos judíos! Hay muchas personas que son alérgicas a ciertas carnes, y se
hace necesario avisar antes). O hagan lo que yo hago: informo qué sí puedo
comer, para que nadie tenga complicaciones a la hora de servirme la comida.
En los
restaurantes tenemos la ventaja de la carta; en ella se explica qué carnes
llevan tales y tales platos. Cuando tengamos dudas, podemos consultar con el
mesero y decidir qué será lo que comeremos.
Pero cuando
no nos es posible advertir que somos judíos observantes de dieta Kósher, y en
el plato que nos sirven aparece una carne taréf, no necesitamos rechazar el
plato groseramente! Basta con que comamos todo lo que sí es kashér, y apartemos
al otro lado del plato la carne taréf. Con eso, y preservando la cortesía, no
hacemos sentir mal a quien nos está sirviendo la comida, y tampoco caemos en
una transgresión a la Torá.
Por lo
demás, disfrutemos de todo cuando HaShem nos ha dado y nos ha permitido
producir para alimentarnos, y para deleitar nuestros paladares. Beteavón! (Buen provecho!).
Comentarios
Publicar un comentario