El Shabat y su observancia en el Judaísmo Liberal e Independiente


No tiene sentido volver a lo que ya sabemos acerca del Shabat: el séptimo día de la semana, que inicia al atardecer del viernes y se extiende hasta la noche del sábado. Que está prohibido trabajar en Shabat… en este artículo haremos algunas aclaraciones puntuales acerca de la observancia de la columna vertebral de la identidad judía, desde la identidad liberal e independiente.

Todos unidos en torno al Shabat

El Judaísmo Liberal e Independiente no se diferencia del resto de las demás corrientes de observancia religiosa en lo que respecta a la concepción del Shabat como día sagrado: “Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que hay en ellos, y reposó en el séptimo día. Por tanto el Señor ha bendecido el día del Shabat y lo ha santificado” (Sh’mot/Éxodo 20,11). Tampoco nos diferenciamos en cuanto a las ceremonias ancestrales de Kabalat (bienvenida) y Havdalá (despedida) del Shabat, sino que por el contrario, todos estamos unificados en cuanto a la observancia de estas ceremonias.  

En el Judaísmo Liberal e Independiente, promulgamos lo mismo que en todas las demás corrientes de observancia: que el Shabat es la columna vertebral de toda la identidad judía, es nuestra señal externa y pública de identidad nacional, porque está escrito en la Torá: “Y los hijos de Israel guardarán el Shabat, y observarán el Shabat por todas sus generaciones como pacto perpetuo; es una señal entre Yo y los hijos de Israel para siempre; porque en seis días el Señor hizo el cielo y la tierra, pero en el séptimo día cesó de trabajar y descansó” (Sh’mot/Éxodo 31,16-17). Todos los no-judíos pueden descansar en Shabat si así lo desean por su propia y libre iniciativa, pero ningún no-judío está obligado a observar todos los preceptos y normas que los judíos sí debemos observar en Shabat, porque es nuestro símbolo nacional y de nadie más.

Sin la observancia del Shabat, toda la identidad judía queda reducida a nada, tal como dijera Ahad HaAm: “mucho más de lo que los judíos guardaron el Shabat, el Shabat guardó a los judíos”. Hermán Wouk, por su parte, lo ratifica diciendo: "El Shabat es el punto de separación de la tradición, y también el punto en que muchos judíos vuelven a unirse al Judaísmo".

Reconocemos el Shabat como día de libertad. Es el recordatorio permanente de la liberación de nuestros ancestros luego de sufrir 400 años de esclavitud y opresión en Egipto, y así lo recordamos cuando recitamos el Kidúsh (santificación) al inicio del Shabat y sosteniendo un vaso de vino en las manos: “tejilá lemikraei kódesh, zéjer litziat Mizraím” (primero entre nuestras festividades, nos recuerda la liberación de Egipto).

En Shabat recordamos que el trabajo es digno, pero también lo es el trabajador. Es nuestra acción permanente de resistencia civil contra las políticas neoliberales de sobrecarga laboral, recortes salariales y negación de la seguridad social, con las cuales los ricos se hace cada vez más ricos y los pobres son cada día más empobrecidos o exterminados sutilmente, mediante la “eliminación de la masa sobrante” (uno de los 8 principios del Nazismo, según las denuncias del filósofo ítalo-croata Giuliano Pontara), con la cual muchos gobiernos y multinacionales pretenden supuestamente equilibrar las economías nacionales y continentales.   

Al igual que todas las demás corrientes de observancia, reconocemos que el Shabat es una isla en el océano del tiempo, en el luego de atender todos nuestros asuntos, debemos dedicar todo o parte del Shabat para la plegaria, para estudiar Torá y para afianzar nuestros lazos comunitarios en torno al servicio sinagogal de lectura de la Torá.

El Shabat al servicio del ser humano, no al contrario!

La Mishná en el tratado Shabat (7:2), expone 39 actividades que están prohibidas realizar en Shabat, todas relacionadas con la construcción del Beit HaKmidásh (el Templo). Los judíos ortodoxos las observan al pie de la letra. Hoy día, incluso, los ortodoxos no usan ninguna clase de aparatos eléctricos ni dispositivos electrónicos en Shabat. Tampoco usan energía eléctrica ni estufas eléctricas o a gas, ni se suben a ningún automotor en Shabat, llámese bus, avión, auto, tren, escalera eléctrica ni ascensor, porque consideran que están haciendo una melajá (trabajo prohibido en Shabat).

Los judíos liberales e independientes somos duramente satanizados por no guardar Shabat como lo hacen los ortodoxos. A menudo se nos confronta con el texto de Isaías: “Si retraes tu pie en Shabat de perseguir tus propios intereses en mi Día santo, si llamas al Shabat Onég [una delicia], el Día santo del Señor, digno de honrar; entonces lo honras no haciendo tus cosas usuales, ni persiguiendo tus intereses, ni hablando de ellos” (Isaías 58,13). Cómo entender esta instrucción bíblica?

En el Judaísmo Liberal e Independiente, entendemos que el Shabat es para tres cosas: 1) descansar de nuestras actividades cotidianas de la semana, 2) apartar un tiempo para Dios, mediante la plegaria, el estudio de la Torá y/o la asistencia a la sinagoga al servicio de lectura de la Torá; y 3) para disfrutar del tiempo libre que el Shabat nos concede.

Muchas veces se corre el peligro de que el Shabat pierda su carácter de día de libertad, y se convierta para muchos judíos en una carga, y así terminamos cambiando una esclavitud (la del trabajo) por otra (el ritualismo y las estrictas observancias religiosas). Es por esto que buen número de judíos decide vivir el Shabat como un día de desconexión total – incluso de lo religioso –, situación que muchos rabinos no comprenden.

El Midrásh dice: "El Shabat fue dado al hombre y no el hombre al Shabat" (Mejilta, Ki Tisá:5). Esta mishná está fundamentada en lo que el Talmud recita en nombre de Rabí Jonathan ben Yoséf: “el Shabat fue puesto en tus manos, no tú en manos del Shabat” (B. Yoma 85b), y que también recitó el rabino Jesús de Nazaret diciendo: “el Shabat se hizo para el ser humano, y no el ser humano para el Shabat” (Marcos 2,27).

El Shabat no se puede convertir en otra carga pesada para los judíos, sino que debe preservar su naturaleza liberadora en la que los judíos, cada quien en su propio contexto y realidad, pueda determinar cómo quiere disfrutar del Shabat y bajo qué restricciones y permisos, sin alterar la prohibición central de trabajar en Shabat. Como he insistido miles de veces, a Dios no se le puede servir en condiciones de opresión y sometimiento, y debemos evitar siempre que la observancia religiosa termine por convertirse en otra esclavitud (cosa que hoy día, es lo que ha venido ocurriendo). Una religión que someta al ser humano, le opima y le restrinja en su humanidad más de lo éticamente debido, no es para nada una religión sana y por el contrario, es otra esclavitud. Por lo que el Shabat debe permitir la apertura, la dialéctica y laxacidad necesaria para que realmente el judío pueda proclamar con libertad el Onég Shabat de Isaías 58,13.

Exenciones y excepciones en Shabat

El Talmud también dice en nombre de Rabi Iosi de Galilea, que “quien está ocupado cumpliendo una mitzvá, está exento de cumplir otra mitzvá” (B. Sucá 26a); era el caso de los Cohaním (los sacerdotes levitas), que estaban exentos de guardar Shabat porque estaban a cargo del Templo, y cuidar de la Casa de Dios prevalecía por encima de cuidar el Shabat.

El Talmud establece además que “se puede profanar un Shabat, para que la persona pueda vivir y cumplir con muchos Sábados” (Yoma 86a). Esta mishná se aplicó ante la tragedia de la Masacre del Desierto de Judea, en la que Antioco IV Epifanes asesinó a cientos de familias judías que se negaron a combatir en Shabat (1ª. Macabeos 2,29-41).

De aquí se derivó el principio de que la preservación de la vida humana está por encima de cualquier precepto. Así pues, están exentos de guardar Shabat los profesionales de la salud, los miembros de filas de la Fuerza Pública (ejército, policía, fuerza aérea, marina), y los agentes y oficiales de inteligencia y seguridad nacional.

Todas las obras de caridad están permitidas en Shabat, porque ellas tienen por objetivo preservar la vida de las personas menos favorecidas.

Si hay que viajar en Shabat para poder cumplir con otro precepto en el lugar de destino, está permitido y no constituye una profanación del Shabat. Pero hay que procurar que el viaje, en sí mismo, sea placentero y no tenso.

Contrario a la opinión de la Ortodoxia, en el Judaísmo Liberal e Independiente está permitido casarse en Shabat, pues la boda es una fiesta en sí misma, es alegría y regocijo para los novios, sus familias y amigos, ya que la novia se asemeja al Shabat (de ahí que en nuestras plegarias sabáticas, nos refiramos al Shabat como “la Novia”, o también “Shabat Malketá” –la Reina Shabat).

Estudiar y enseñar en Shabat

* Las políticas de muchos gobiernos consisten en mantener lo más ignorante posible al Pueblo para mantenerlos sometidos bajo la pobreza y la opresión, así que en este caso estudiar en Shabat es un acto de rebelión contra el Sistema, un acto de resistencia civil y de emancipación. A los gobernantes corruptos y a las dinastías políticas no les conviene que el Pueblo se eduque y tome el poder, por eso atacan permanentemente todas las políticas de mejoramiento de la educación; reproducen sutilmente modelos faraónicos de opresión y sometimiento. Por esa razón los universitarios que tengan que tomar clases en Shabat, deben seguir estudiando con esta convicción liberadora.

Por otro lado, estudiar y enseñar no está prohibido dentro de las 39 melajót, así que en esencia no se está profanando el Shabat.

* En el caso de la educación escolar, la sociedad y los gobiernos no han querido comprender las condiciones infra-humanas en las que los docentes tienen que ejercer tan hermosa labor: matoneo diario y constante de los estudiantes, pésimos e injustos salarios, matoneo y acoso laboral por parte de algunos rectores de colegios que ven la escuela como un negocio y no como un servicio a la Nación; horarios de clase que deterioran progresiva y peligrosamente la salud de los maestros (se tiene que estar muy mal de la cabeza como para creer que más de 6 horas de estudio es garantía de una mejor educación; no tienen ni la menor idea de lo anti-pedagógico que es soportar 9 y hasta 11 horas de gritos, travesuras y violencias de los estudiantes!).

Además los estudiantes también sufren de enfermedades y trastornos mentales producto del acoso académico y tantas horas diarias de encierro en cuatro paredes. Presionar a los niños y adolescentes a estudiar más allá de sus fuerzas físicas y mentales, es tan nocivo como permitirles que no vayan a la escuela a estudiar. Por estas razones no se debe dictar clases escolares ni ir a la escuela a estudiar en Shabat.

Deportes y fiestas en Shabat

Todos los países de América Latina que lindan con el Mar Caribe, se caracterizan por ser naciones en la que las personas son extremadamente lúdicas y fiesteras. Si tú no sabes o no te gusta bailar (como me sucede a mí!), entonces eres una persona aburrida, amargada de la vida y no podrás desenvolverte exitosamente en sociedad. Así piensan muchos!

Y qué mejor que salir el viernes en la noche a bailar! Pero para muchos rabinos esto no es correcto porque se pierde el carácter de santidad del Shabat. En el Judaísmo Liberal e Independiente, consideramos que se puede salir a fiestas y a bailar en Shabat, en la medida en que se observen celosamente todas las pautas éticas y morales; el Shabat es para disfrutarlo, pero jamás para excederse en placeres, comidas y bebidas. Nada como disfrutar en sano juicio y siempre respetando a los demás.

En cuanto a los deportes, hoy día la Medicina ha demostrado que el dicho antiguo “mente sana en cuerpo sano” tiene mucha más vigencia. Está demostrado que el ejercicio físico moderado (tipo fitness, trotar, caminar por un parque o bosque, etc) ayuda a descargar el estrés acumulado que hay en el organismo. El Judaísmo Liberal e Independiente permite que los judíos practiquen su deporte favorito en Shabat, pues para muchos el sábado es el único día de la semana en que tienen disponibilidad para ello.

Relax-cooking en Shabat

Muchos judíos disfrutan cocinando en Shabat, como un ejercicio de distensión y de relajación, luego de una semana de duro trabajo mental y físico; máxime en el tiempo actual en que permanecemos todos los días y todo el día conectados a Internet y pegados a la pantalla de una PC o de un Smartphone.

Si es esa la situación y cocinar no implica en ningún momento situaciones de tensión, entonces cocinar en Shabat es un Onég [una delicia] y está permitido.

Las amas de casa y los profesionales de la gastronomía, por el contrario, tienen prohibido cocinar en Shabat, y los alimentos deben estar preparados el viernes en la tarde para no cocinar nada el viernes en la noche ni en todo el día sábado.

Gamers: a descansar en Shabat!

Hoy día los videojuegos y las redes sociales están creando una dependencia enfermiza entre nuestros jóvenes y les está afectando en su salud. No deben usar sus consolas de videojuegos en Shabat si es esa la situación que se presenta.

Debemos enseñar a nuestros hijos a no permitir que la tecnología nos esclavice, por eso como padres de familia debemos dar el ejemplo y apagar nuestros smartphones y computadores en Shabat, o por lo menos reducir su uso mientras estemos en Shabat. A menos que sea algo urgente, no se debe dedicar tiempo en Shabat para responder correos electrónicos ni mensajes de redes sociales que puedan acapararnos tiempo que debemos dedicar en Shabat a las cuatro máximas: plegaria, estudio de Torá, unión familiar, y descanso.



El Shabat es el día de la libertad, y por eso en el Judaísmo Liberal e Independiente le damos mucha importancia a vivir el Shabat CON LIBERTAD. Sólo así el Shabat será Onég, una delicia.



Shabbos Onég para todas y todos!

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