Los Judíos Mesiánicos: una mirada desde el Judaísmo Liberal


Un punto muy delicado en asuntos de ecumenismo y diálogo interreligioso, es el tan punzante tema de los mesiánicos. En América Latina, este movimiento religioso creció rápidamente en la primera década del siglo XXI hasta tal punto que, por ejemplo, en Colombia, los mesiánicos quintuplican actualmente la población judía tradicional (llamada por los mesiánicos “Judaísmo Rabínico”) que apenas alcanza los 6 mil correligionarios.

La Respuesta Ortodoxa y Masortí: El Remedio Resultó Peor que la Enfermedad!

Se han escrito amplios tratados de apologética rabínica en contra de los mesiánicos[1], se han predicado miles de exhortaciones sinagogales, se han publicado blogs y artículos en sitios web advirtiendo a los judíos del peligro de los mesiánicos, y se han dictado cientos de shiurím (clases) al respecto.

El resultado ha sido mucho más perjudicial que benéfico porque, en aras de defender a las comunidades judías de la infiltración mesiánica, las comunidades ortodoxas y conservadoras terminaron ganándose la fama de xenófobas, discriminadoras y judeofascistas. Y con esa actitud arrastraron a sus miembros a lo que yo he venido denunciando como “el apartheid judío”, cosa que jamás debió suceder.

Sin embargo, desde el Judaísmo Liberal e Independiente, vemos con escándalo la doble moral con la que ciertas autoridades rabínicas ortodoxas y conservadoras manejan sus relaciones con los mesiánicos.

Por un lado descalifican a los mesiánicos en público y les niegan el derecho a la existencia halájica como judíos por el simple hecho de reconocer a Yeshúa/Jesús como Mesías, pero por otro lado mantienen relaciones de cordialidad con algunas comunidades mesiánicas ultra-sionistas. Es decir, estos judíos mesiánicos sionistas son los idiotas útiles que la Ortodoxia y el Conservatismo usan mediáticamente mientras esta clase de mesiánicos apoyen ciegamente, sin cuestionamiento alguno y en un sentido absolutista al Estado de Israel (como lo hemos denunciado públicamente: es anti-halájico afirmar que un judío que cuestione al Estado de Israel sea un falso judío, pero a los mesiánicos los han estado engañando por años con esa mentira), anulando así todo análisis crítico y objetivo de lo que realmente está ocurriendo en dicho país y en la región.

El Problema No es Yeshúa, sino: Quién es Realmente Judío?

Yo opino que el verdadero punto de tensión con los mesiánicos no es realmente Yeshúa[2], sino su situación halájica: quién es realmente judío y quién en definitiva no lo es. Lo primero lo podemos debatir permanentemente, pero lo segundo no permite siquiera ser discutido, ya que la Ley Judía sólo le reconoce el estatus de judío a una persona en tres casos:

1) si se es hijo de papá o de mamá judíos. Recuerden que en el Judaísmo Liberal reconocemos también el linaje paterno porque, bíblicamente, quien da la nacionalidad israelita es el papá, no la mamá (de no ser así, entonces no se podría considerar a Sh’lomo HaMélej/el Rey Salomón, ni a Efraím y Menashé hijos de Yosef Ben-Ya’akov, como halájicamente israelitas, pues no existe en la Tanák ninguna evidencia de que la reina Betsabé – una hitita – y la Princesa Asenet – una egipcia, además hija de un sacerdote de una deidad local – se hayan convertido a la fe hebrea);

2) por linaje ancestral, por ejemplo: para el caso concreto de los B’nei Anusím Sefardíes;

y 3) por conversión.

En ninguna de las 8 corrientes de observancia del Judaísmo, ni siquiera en el Judaísmo Liberal e Independiente, existe la posibilidad de ser legalmente judío “por la fe” o “espiritualmente”, como muchos mesiánicos lo han afirmado.

Para nosotros, es muy complicado llegar a un acuerdo con los mesiánicos que no cumplen con ninguna de las tres condiciones halájicas para reclamar nacionalidad judía; una lectura bastante fundamentalista de Romanos 2,29 impide que podamos acercarnos en este punto.

Existen algunas congregaciones de mesiánicos que admiten públicamente que no son judíos. Hasta ahí la cosa parecería que va por buen camino, pero su siguiente paso lo echa todo a perder cuando afirman: “nosotros practicamos el Judaísmo de Yeshúa”.

Los judíos somos demasiado celosos cuando vemos a no-judíos usando nuestros símbolos sagrados (kipá, talít, Menorá, tefilín, etc.) porque su uso fuera del contexto halájico genera muchos malentendidos y confusiones. Si no eres judío, entonces no tienes necesidad alguna de usar nuestras cosas y observar los mandamientos que los judíos sí estamos en la obligación de cumplir. Así de simple!

Pero hay que reconocer con humildad que el Judaísmo Tradicional Latinoamericano tiene la culpa en esta situación: buena parte de los mesiánicos de América Latina son B’nei Anusím aunque muchos lo ignoran, pero al no hallar acogida fraterna en las comunidades judías, la única puerta que se les abrió fue la del Judaísmo Mesiánico. Todos los rabinos deberíamos cuestionarnos seriamente con respecto a las consecuencias históricas que hemos causado con nuestra indiferencia ante estas hermanas y hermanos de raza.

Leer el Judaísmo con Lentes No-Judíos, Confunde

Muchos rabinos alegan que el culto de los mesiánicos está más ligado al culto cristiano pentecostal, y que en nada está conectado con la liturgia sinagogal que en todas las corrientes de observancia judía seguimos (cada quien enriqueciéndola u omitiendo algunas cosas, pero existe un lazo litúrgico común entre judíos, que los Sidurím o Libros de Oraciones transmiten en general). Son demasiado contadas las comunidades mesiánicas que observan las pautas de la liturgia sinagogal.

Eso me pasó cuando yo, en mis años juveniles de pregrado universitario, tuve contacto con los mesiánicos: visité un par de kehilót o congregaciones, y me sentí extraño porque no había conexión alguna con la solemnidad y el orden de una liturgia en la sinagoga a la que yo asistía a los rezos. Este es el mismo sentimiento que han experimentado miles de judíos tradicionales que han tenido contacto con los mesiánicos.

Otro tema bastante delicado con respecto a los mesiánicos es la situación de muchos de sus líderes que, sin haber cursado estudios universitarios de Teología, ni haber recibido la Semijá (Ordenación Rabínica), se autoproclaman rabinos y se presentan ante la opinión pública como tales. En este punto ortodoxos, conservadores o masortíes, reformistas clásicos, reconstruccionistas, progresistas y liberales, estamos totalmente unificados: manejamos exactamente el mismo punto de vista y expresamos exactamente la misma posición de desacuerdo con esta conducta. Autoproclamarse rabino es extremadamente perjudicial para las relaciones entre el Judaísmo y la sociedad en general.

Yo mismo he tenido que lidiar en las universidades de Colombia con esta situación. En ciertos casos, algunos estos líderes espirituales se presentaron a las universidades dictando conferencias de Judaísmo, pero con una visión tergiversada o parcializada de lo que es realmente el Judaísmo, y se generaron en la comunidad académica más confusiones que comprensiones. He tenido que recomponer los platos que fueron rotos por quienes me antecedieron!

Cómo Dialogar con Quien Dice Poseer la Verdad?

El Gran Rabino de Colombia Alfredo Goldschmidt, en el II Foro Judeo-Cristiano celebrado en la Universidad Santo Tomás en agosto de 2000, dijo lo siguiente: “el diálogo es un encuentro de verdades, yo tengo mi verdad y tú tienes tu verdad; pero cuando alguno dice: ‘yo tengo LA VERDAD’, ya no hay nada de qué hablar”.

Es muy difícil dialogar con aquellos mesiánicos que, de manera arrogante y obsesiva, se autoproclaman poseedores absolutos de la Verdad. Esta postura es muy común entre quienes vienen de círculos cristianos radicales… lo que equivale a decir que la gran mayoría de los mesiánicos creen que tienen en su poder la Verdad absoluta y no permiten ser cuestionados en ningún aspecto, aunque paradójicamente se adjudican a sí mismos el derecho de cuestionar y descalificar a todos los demás que no se ajusten a sus creencias.

En la Era del Diálogo entre Civilizaciones y Religiones, las posturas xenófobas son extremadamente nocivas porque arrastran a las personas a cometer toda clase de agresiones físicas, verbales, morales, simbólicas o psicológicas. Absolutamente ninguna confesión religiosa está a salvo! Incluso dentro del Judaísmo Liberal e Independiente podemos correr el peligro de tener extremistas al interior de nuestras comunidades.

Antiguamente se creía que un judío debía aislarse del resto de la sociedad para preservar su Judaísmo. Hoy día hemos aprendido que esa idea es totalmente falsa y nociva, y que el judío que obra correctamente no tiene por qué levantarse para sí ninguna clase de guetos que le protejan de una supuesta “contaminación espiritual”. En los tiempos de hoy, el diálogo intercultural e interreligioso es imperativo, es una obligación moral del ser humano de la Era de la Información, es una necesidad social básica para establecer una cultura de paz sostenible en medio de la inevitable realidad de la inter-conexión y la globalización.

Poco a poco los mesiánicos lo han venido entendiendo: no pueden considerarse Luz para las Naciones si persisten en esconder su propia luz en la oscuridad de su ser interior y colectivo. Pocos han sido los mesiánicos que han comprendido que en el Judaísmo no concebimos el mundo como diabólico y pecaminoso, que tampoco concebimos al ser humano como malvado por naturaleza, como se lo enseñaron a ellos en las congregaciones de donde salieron. Tampoco creemos en Satán como el archi-enemigo eterno de Dios, ni en posesiones demoníacas, ni mucho menos creemos en la condenación eterna del ser humano. Con excepción de los Jaredím, los demás judíos no creemos que las cosas se contaminen porque un no-judío las toque. No creemos en fenómenos místicos tales como los descansos en el Espíritu o el don de lenguas, ni tampoco creemos que todo haya que hablarlo con palabras hebreas para, supuestamente, “agradar al Eterno” (los mesiánicos no permiten que al Santo Bendito Sea lo llamemos DIOS porque, según ellos, ese vocablo viene del latín Zeus, la deidad mayor de los antiguos griegos). Tampoco creemos que el Judaísmo sea la única religión verdadera sobre la Tierra, y tampoco creemos en el tan temido “Fin del Mundo”.

Cómo entablar un genuino diálogo judío con un mesiánico aferrado a creencias incompatibles con la fe, la moral, la ética, la filosofía y la justicia social judía? Cómo dialogar con quien no se permite dudar de sus propias creencias y prever la posibilidad de múltiples posibles respuestas? Cómo prestarnos a un ejercicio dialéctico con quien está acostumbrado a aceptar sin más ni más cualquier creencia o ideología, y que de paso pretende que todos los demás se sometan ciegamente a sus postulados?  

Para muchos mesiánicos, entender y aceptar estas cuestiones es escandaloso e imposible de aceptar, así que el choque de pensamiento que ellos sufren es terrible porque no se han podido despegar de su pasado religioso; y esto les genera fuertes reacciones, por una simple razón: por creer que es Judaísmo lo que realmente no es.

No Todos los Mesiánicos Son Radicales!

Debo aclarar que todo lo descrito no es la realidad que viven todos los mesiánicos. También es cierto que buena parte de las comunidades mesiánicas tienen feligreses de buena fe, que no buscan generar problemas con nadie y que desean tener una relación mucho más íntima y personal con Dios Bendito mediante la práctica de las pautas de nuestra milenaria tradición sin renunciar a su concepción de Yeshúa; eso es totalmente respetable.

Pero es importante que los mesiánicos comprendan que los judíos tenemos el derecho de hacer respetar nuestras ancestrales leyes. Con los judíos mesiánicos que son halájicamente judíos, con ellos no tenemos problema alguno y procuramos mantener relaciones fraternas y de solidaridad.

También es cierto que muchas comunidades mesiánicas tienen líderes espirituales muy serios. Algunos moraím o rabinos mesiánicos son académicos universitarios graduados en Teología, por lo tanto son idóneos moral y académicamente para guiar a sus respectivas feligresías y los reconocemos como tales.

Con esta clase de moraím y rabinos mesiánicos honestos no tenemos problemas, y destacamos su integridad y respeto demostrado hacia judíos; pero exigimos que ese mismo respeto se lo den también a los cristianos y a los musulmanes, con quienes nosotros también tenemos excelentes relaciones de fraternidad. En los tiempos de hoy no podemos tolerar la apología de la xenofobia, ni siquiera con base en citas bíblicas.

Con los mesiánicos la condición de fraternidad no es problema para establecer una situación de diálogo y de cooperación, ya que ellos mismos manifiestan que aman profundamente al Pueblo Judío; y no es correcto que nosotr@s respondamos al amor con odio, a la amabilidad con la prepotencia ni a la cortesía con la arrogancia grosera…

… pero sí habrá que dejar sentada la condición de respeto mutuo para que el diálogo no se vaya a prestar para una situación de proselitismo y de hostilidad que tanto hemos querido evitar. La cuestión es: estarán los mesiánicos en disposición de dialogar con un judío tradicional en condiciones dialécticas, sin pretender evangelizarlo? Y estarán los judíos tradicionales en disposición de dialogar con los mesiánicos, sin necesidad de ridiculizar o satanizar a Yeshúa?



[1]  El más famoso es KRAVITZ, Bentzion. La respuesta judía a los misioneros. Baltimore, MD (Estados Unidos): Jews for Judaism 2001.

[2]  Cada quien  - incluyendo judíos - es libre de creer individualmente en lo que desee creer, es parte del ejercicio de la libertad religiosa y no debemos interferir hostilmente al respecto.  Además sabemos que de los más de 24 millones de judíos que hay alrededor del mundo – ya que por lo general sólo se cuenta a los matriculados en sinagogas, que en total suman algo más de 13 millones - , por lo menos 2 millones de judíos confiesan abierta o secretamente a Jesús de Nazaret como Mashíaj; muchos están organizados en comunidades hebreo-cristianas o viven un judaísmo independiente a la luz de las enseñanzas del Maestro de Galilea… es una realidad actual que no podemos seguir negando.

Comentarios

  1. Què bendición de mensaje Rabino Richard! toda rabà por ello, usted escribió mi pensamiento. Así es : hay " judíos mesiánicos que son halájicamente judíos" como era la comunidad en donde me congregaba por eso se llama Ntzarita, esto es que se nos enseñaba que Yeshùa fue un hombre, NO Divino, NO adoraciòn a él; fruto de una relaciòn normal hombre/mujer. Es cierto también " que muchas comunidades mesiánicas tienen líderes espirituales muy serios. Algunos rabinos mesiánicos son académicos universitarios graduados en Teología, " isa es, mi rabino hasta junio pasado, fue cura católico ordenado por mucho tiempo, pastor otro tanto y profesor de una prestigiosa universidad. en donde se se me enseño que a los Judios, No tenemos nada que compartirles, en cambio si mucho para aprenderles y les debemos gran respeto. Baruj Hashem por èl, pero hay que emprender hacia la convervisiòn del Verdadero Judaìsmo.

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