Por qué nuestras mujeres judías liberales sí pueden usar talít y tefilín?


El común de la gente todavía tiene la idea de que la mujer judía siempre ha sido y todavía es ignorada, desvalorada, humillada y maltratada. Nada más ajeno a la realidad que semejante mito urbano. Una de las razones por las cuales el Pueblo Judío siempre ha sido odiado, es precisamente por el lugar de dignidad y honor que recibe la mujer judía, que era todo lo contrario a lo que sucedía en otras naciones.

Basta con leer el cántico Eshet Jail (la Mujer Virtuosa) que aparece al final del libro de Mishlei/Proverbios. Allí se nos describe a una mujer que no sólo está al tanto de su hogar, sino que además es empresaria; tener negocio propio, desde siempre, ha sido un signo de libertad. Am Israel ha tenido lideresas y heroínas de renombre: bástenos con mencionar a la profetisa Débora, a la reina Ishtár/Ester de Persia (quien saboteó exitosamente el genocidio de judíos organizado por el malvado cortesano Hamán, que es lo que recordamos en la fiesta de Purím), y a Yudít, la valiente guerrera de Betulia que dio inicio a la guerra de los Macabi contra los helenos al mando de Antioco Epifanes IV.

En el Judaísmo Ortodoxo y Conservador se enseña que la mujer judía no está obligada a cumplir todas las mitzvót/mandamientos que implican observancia del tiempo, entre ellas la obligación de usar tzitzít/flecos (que en la praxis, se cumple vistiendo el talít o chal de oración; cf. Bamidbár/Números 15,37-41) y de ponerse los tefilín o filacterias (D’varím/Deuterononio 6,8).

Muchos rabinos explican que, al ser la mujer el último ser creado por Dios, ella posee un nivel de espiritualidad superior al del varón; el varón, por haber sido creado de adamá (el polvo, la tierra del suelo), suele atraerse a las cosas materiales y a olvidar fácilmente a Dios. Por esta razón la Torá le impone más mitzvót al varón y no a la mujer… porque el del problema no son las chicas sino los muchachos!

Otra postura rabínica antigua aplica esta restricción por razones humanitarias, ya que la mujer como esposa y ama de casa debe responder por múltiples responsabilidades dentro del hogar, así que obligarla a que rece tres veces al día y que se ponga talít y tefilín, sería una sobrecarga inhumana para ella; por esa razón, la Ley Judía establece en nombre de Rabí Yosí de Galilea que “quien está ocupado cumpliendo con una mitzvá, está exento de cumplir otra mitzvá” (B. Sucá 26a).

Pero lo que se supone que era una exención halájica a favor de la mujer, acabó convirtiéndose en una prohibición machista y anti-halájica! Y así es como hoy día terminamos viendo a muchos judíos escandalizarse cuando ven a una mujer poniéndose talít y tefilín… como si hacer eso fuera alguna clase de pecado mortal!

Estamos de acuerdo en las tres ramas de la Gran Familia Judía Reformada (Reformistas Clásicos, Progresistas o Humanistas, y Liberales) que en ninguna parte de la Torá dice que le está prohibido a las mujeres usar talít y tefilín. Las 613 mitzvót le fueron dadas a los B’NEI ISRAEL. El vocablo hebreo b’nei en la Torá es carente de género: ni es masculino (como sí ocurre con la expresión b’ním = hijos varones) ni tampoco femenino (b’nót = hijas).

Eso quiere decir que, si queremos ser fieles al texto integral de la Torá, toda mitzvá dirigida “a los B’nei Israel”, está dirigida a todo israelita sin importar si es varón o mujer. Pero por razones humanitarias, la Ley Judía le concedió a la mujer una ventaja halájica para que no tenga que angustiarse por tener que cumplir con múltiples obligaciones a la vez.

En conclusión: la Torá no le prohíbe a la mujer judía ponerse talít y tefilín. Lo que no está prohibido está permitido, así que las chicas judías que quieran rezar poniéndose talít y tefilín, pueden hacerlo. La que quiera hacer aliá en la sinagoga (es decir, subir al shulján o mesa de lectura de la Torá), puede hacerlo y participar con alegría. La que quiera dirigir los rezos en la sinagoga, también es libre de participar en el liderazgo de las plegarias ayudando en tan loable servicio comunitario. No hay lío!



Comentarios

  1. Baruh HaShem ! todà rabà Rabino Richard, Ha Kadosh Baruh Hù bendiga siempre su caminar.

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    1. Lo bueno de ser judío es que no creemos (ni tampoco nos interesa creer) en el infierno ni en tal cosa llamada "Satanás", por tanto no tenemos nada de qué arrepentirnos. Tus palabras llenas de odio, de machismo y de fanatismo, demuestran que nada tienes que ver con nosotros los judíos, así que llévate tu terrorismo religioso a otra parte... Fernando Ben Moran Martínez de "El Remanente de Israel"! ya sabemos que eres mesiánico!

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